A poca distancia del Parque del Delta del Po y a unos 20 km de Rávena encontramos Cervia joya turística de la Riviera Romañola y muy conocida desde la época etrusca por la producción de sal.
La visita al poblado de los salineros nos hará descubrir el encanto de un pueblo que fue reconstruido completamente a finales del siglo XVIII con el fin de crear una verdadera "ciudad modello" donde se producía una de las materias primas más prestigiosas de la antigüedad: el oro blanco o sea la sal.
Nuestro recorrido comienza e la Torre di San Michele edificada para defender la ciudad de ataques piráticos y como punto de control para el transporte de la sal en barcas de fondo plano que venían remolcadas por los salineros con una cuerda a lo largo del puerto - canal.
Para zambullirnos en la cultura y en la historia de la sal visitaremos el MUSA - Museo de la Sal y Civilización Salina, instalado al interno de las bodegas de la sal que fueron testigo de las actividades de los salineros y de la vida en la salina con herramientas, imágenes y testimonios.
Dejando atrás el museo podremos admirar la cautivante fuente de Il Tappeto Sospeso (La alfombra suspendida) una verdadera alfombra cubierta de miles de azulejos de mosaico colorados que da la impresión de flotar mágicamente en el agua.
Paseando por las calles del centro podremos observar la particular estructura urbana del pueblo de los salineros, con las casas típicas localizadas dentro al perímetro de las murallas de la ciudad y nos detendremos a tomar un café y/o un helado en la bella Piazza Garibaldi centro civil y religioso de esta graciosa ciudad. En este punto se enfrentan entre sí las dos arquitecturas más representativas de la ciudad, el Palacio del Ayuntamento y la Catedral.Más adelante encontraremos La Pescadería Vieja con los típicos mostradores de mármol, a su externo el Teatro Municipal del siglo XIX y la Iglesia Santa María del Sufragio que conserva un prestigioso crucifijo de madera del siglo XIV y un órgano veneciano construido en 1788 por Gaetano Callido: es uno de los pocos "Callido" que todavía funcionan en la región.
Para concluir el recorrido pasearemos por las calles de antiguo Borgo Marina, entre las casas donde vivían las familias de los pescadores hasta llegar al Faro que se mantiene activo desde 1875 y que continúa a guiar a los marineros hacia una meta segura y hospitalaria.